¡ocho!

Impresionante el partido contra Alemania. Llegó un momento que la selección de Nowitzki tenía su moral tan debilitada que apenas hacían un esfuerzo por recuperar balones. No hay más que ver las estadísticas... ¡la gráfica se sale del cuadro!

 

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Al margen del resultado, la anécdota del partido fue que, debido al mal funcionamiento de uno de los contadores de 24 segundos, el partido se suspendió durante un buen rato poco después de comenzar. Tardaron tanto, que al final todo el primer tiempo se jugó con un contador manual, es decir, lo llevaban desde la mesa; ¿y cómo se enteraban los jugadores? Muy fácil: existía una persona que gritaba ¡ocho segundos! cuando quedaba ese tiempo, así que los jugadores tenían que pegar bien el oído para distinguir ese grito del resto del jaleo montado allí... todo demasiado manual para mi gusto. Menos mal que llamaron al teleco de guardia y para el segundo tiempo todo estaba arreglado.

 

Y el sábado, la semifinal...

@ 01:38

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