Carwashspotting

Escrito a lo offline el 09.08.07

Una de las pocas cosas que espero de mi reducido (selecto, mejor) conjunto de lectores es que conozca la película Trainspotting, del genial Danny Boyle (cuya última obra ya os recomendé), un must-see, al menos para mí y 86,670 usuarios registrados de IMDb que la ponen en el puesto #179 del famoso Top 250. Lo que probablemente no conozcáis es el origen de ese término, que en realidad poco tiene que ver con la película en sí. Trainspotting es un hobby consistente en sentarse en el andén de una estación (o al lado de cualquier vía) y ver los trenes pasar, por el mero placer de verlos pasar; los más avanzados seguidores de esta práctica llevan un control absoluto de horarios, tipos de locomotoras y marcas de vagones, etc.

Pero no es esto de lo que os quería hablar hoy, sino de otra práctica, otro hobby mucho más cercano y habitual. Hoy he ido a lavar el coche a uno de estos self-service (a.k.a. elefanteazul) en que tú mismo coges la manguerita a presión (reconozcámoslo, al niño que llevamos dentro le encanta hacer esto) y vas cambiando entre lavado, aclarado y acabado (los más presumidos se funden un solo € en este último punto, en el que no sabes muy bien qué está cubriendo tu coche). Lo curioso es que, mientras estaba haciendo esto, me he fijado que algunos peatones que andaban por una pequeña avenida junto a este lugar se paraban y miraban embobados hacia las diversas mangueritas en funcionamiento. Lo mismo por estas latitudes se estila más mirar cómo la gente lava sus vehículos en vez de ver pasar trenes, Spain is different.


@ 16:42

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