lo que no queremos oír

A lo largo de nuestra vida, tendemos inconscientemente a evitar ciertos momentos incómodos en los que nuestros defectos o debilidades puedan ser revelados. Tememos enfrentarnos a nuestros propios errores, y muchas veces intentamos ocultarlos desesperadamente, con mayor o menor éxito; pero de una manera u otra, dado que todo lo que hacemos tiene sus consecuencias, finalmente llega el momento en que habremos de plantar cara a esta situación.

Dicho momento puede venir de la mano de una persona conocida, lo cual nos hace vivirlo más intensamente, si cabe. Haciendo un alarde digno de un precog, desde los primeros fonemas de la conversación somos capaces de prever lo que se nos viene encima. Es curioso el silencio que mantenemos mientras escuchamos en boca de otra persona aquello que nos negamos a aceptar, porque sabemos que la única alternativa a ese mutismo no sería más que una triste pataleta, los últimos esfuerzos de nuestro subconsciente por negarse a aceptar esa realidad que tanto nos duele.

No debemos tomar a mal que alguien nos haga ver que no somos tan buenos o perfectos como queremos hacer creer. Hemos de saber sacarle partido a esta situación, porque el baño frío de realidad suele venir acompañado de un sabio consejo que debemos saber escuchar. Llevarlo a la práctica es ya otra historia, pero es que si fuese tan fácil..., ¿qué gracia tendría este teatrillo?

@ 01:45

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